Si has llegado hasta aquí, es porque últimamente has oído hablar mucho sobre el calzado respetuoso, también conocido como calzado barefoot o minimalista, aunque los 3 tienen sus diferencias.
Este tipo de calzado está diseñado para imitar la experiencia de ir descalzo. Esto, según muchos estudios, promueve un desarrollo más natural de los pies.
Durante años, se pensó que los niños debían llevar zapatos rígidos con suelas gruesas y tobillos firmemente sujetos para aprender a caminar de forma segura. Sin embargo, hoy sabemos que los pies necesitan libertad de movimiento y flexibilidad para desarrollarse correctamente. Es aquí donde el calzado respetuoso cobra una gran importancia.
El calzado respetuoso es aquel que protege los pies de los niños del entorno, pero que al mismo tiempo permite la libertad de movimiento. Es decir, que respeta el desarrollo natural del pie. Este tipo de calzado se asemeja mucho a la experiencia de andar descalzo. Por tanto, se favorece el fortalecimiento de los músculos, tendones y ligamentos del pie. Además, también promueve el desarrollo del arco plantar, la propriocepción (la capacidad de sentir la posición del cuerpo) y la postura general del niño.
Las principales características del calzado respetuoso son:
Suela flexible: Uno de los principios del calzado respetuoso es que la suela debe ser lo suficientemente flexible para permitir que el pie se mueva libremente en todas direcciones. Esto es crucial para que los pies puedan adaptarse al terreno. Y no sólo eso, sino también fortalecer sus músculos de manera adecuada.
Suela fina (inferior a 5mm): Una suela demasiado gruesa impide que el pie reciba estímulos del suelo, lo que puede afectar negativamente al desarrollo de la propiocepción. En cambio, una suela fina permite que los niños sientan las irregularidades del terreno, lo que contribuye a un desarrollo más saludable.
Suela antideslizante: Aunque queremos que los pies se muevan libremente, también es importante que el calzado ofrezca una tracción adecuada para evitar resbalones y caídas, especialmente cuando los niños están explorando su entorno.
Sin drop: El «drop» es la diferencia de altura entre la parte delantera y trasera del calzado. En el calzado respetuoso, la suela debe ser plana, sin inclinación, para que el pie se mantenga en una posición natural. Esto es esencial para que los músculos del pie se desarrollen de forma equilibrada.
Horma anatómica: Los zapatos respetuosos están diseñados para seguir la forma natural del pie. A diferencia del calzado convencional, que a menudo tiene una forma más estrecha, los zapatos barefoot permiten que los dedos se extiendan y se muevan libremente, lo que es crucial para mantener el equilibrio y la estabilidad.
Puntera ancha: La puntera de los zapatos respetuosos debe ser lo suficientemente ancha para permitir que los dedos se muevan sin restricciones. Esto es especialmente importante en los niños, ya que sus pies están en constante crecimiento y desarrollo.
Los beneficios de utilizar calzado respetuoso desde una edad temprana son múltiples y bien documentados. A continuación, se describen algunos de los motivos más relevantes para optar por este tipo de calzado:
Desarrollo muscular y esquelético: Los pies son la base del cuerpo y contienen 26 huesos, 33 articulaciones y más de 100 músculos, tendones y ligamentos. Usar zapatos que permiten la libertad de movimiento promueve el desarrollo adecuado de todas estas estructuras, lo que puede prevenir problemas en la edad adulta, como pies planos o fascitis plantar.
Mejora del equilibrio y la coordinación: El calzado minimalista ayuda a que los niños desarrollen un mejor equilibrio y coordinación al permitir que sus pies interactúen directamente con el terreno. Esto se traduce en una mayor agilidad y destreza a medida que crecen.
Prevención de deformidades: El uso prolongado de zapatos estrechos o rígidos puede llevar a deformidades en los pies, como juanetes o dedos en martillo. El calzado respetuoso, con su puntera ancha y su diseño flexible, reduce este riesgo.
Para los más pequeños, los cierres de velcro son ideales, ya que fomentan su autonomía. Los niños pueden ponerse y quitarse los zapatos por sí mismos, lo que fortalece su confianza. Por otro lado, si tu hijo ya sabe atarse los cordones o está aprendiendo, los zapatos con cordones pueden ser una opción válida. Solo asegúrate de que los cordones permitan un ajuste adecuado y no aprieten demasiado el pie.
Aunque no es un requisito imprescindible, es preferible que el calzado tenga una plantilla extraíble. Esta característica permite medir con mayor precisión el tamaño del pie de tu hijo y asegurarte de que el zapato sigue siendo adecuado a medida que crecen. Un zapato respetuoso debe tener un margen de crecimiento de entre 0,4 y 1,2 cm, para evitar que el pie se sienta apretado, pero sin que el zapato quede demasiado grande.
Elige siempre materiales naturales y transpirables, como el cuero o la tela, que permitan la ventilación adecuada del pie. Además, busca materiales suaves y flexibles que no restrinjan el movimiento natural del pie y eviten irritaciones o roces.
Si hasta ahora tu hijo ha estado utilizando calzado convencional, es posible que te preguntes si existe algún tipo de «adaptación» al calzado minimalista. La respuesta es que, en la mayoría de los casos, los niños se adaptan fácilmente a este tipo de calzado, ya que sus pies aún son flexibles y están en constante desarrollo. Sin embargo, si tu hijo ha usado zapatos rígidos durante mucho tiempo, puede ser útil hacer una transición gradual.
Empieza permitiendo que tu hijo pase más tiempo descalzo en casa o en entornos seguros, como el parque. Luego, introduce el calzado respetuoso de manera paulatina, alternándolo con el calzado convencional si es necesario. En poco tiempo, notarás cómo su cuerpo se ajusta de manera natural.
El calzado respetuoso es mucho más que una moda; es una inversión en la salud y el bienestar de los pies de tu hijo. Al permitir que los pies se desarrollen de manera natural, estás contribuyendo a que tu hijo crezca con una base fuerte y estable. Los beneficios a largo plazo incluyen mejor postura, mayor equilibrio y una menor probabilidad de problemas en los pies en la edad adulta.
Al elegir calzado respetuoso, estás brindando a tu hijo la libertad de moverse, explorar y crecer de la manera más saludable posible. ¡Unos pies felices son el primer paso hacia un cuerpo sano!
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