Los 5 errores más comunes al elegir calzado para tus hijos (y cómo evitarlos)

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El calzado barefoot está revolucionando la forma en que entendemos el calzado infantil. Esta tendencia promueve la libertad de movimiento del pie, permitiendo que los niños desarrollen su musculatura y estructura ósea de manera natural, sin restricciones innecesarias. Sin embargo, al elegir zapatos barefoot para nuestros hijos, muchos padres cometen errores que pueden afectar el desarrollo saludable de los pies. Desde Barefootkids queremos ayudarte a identificar y evitar los errores más comunes que se cometen al elegir este tipo de calzado. ¡Toma nota!

Elegir un calzado demasiado rígido o con demasiada «estructura»

Uno de los mayores mitos sobre el calzado en general es que debe tener alguna forma de «soporte» o «estructura» para ser efectivo. Muchos padres, pensando que un poco de rigidez puede ser beneficioso, eligen calzado con plantillas ortopédicas o suelas demasiado gruesas y firmes, lo que va en contra de los principios del calzado barefoot.

El calzado barefoot debe ser flexible, no rígido. La suela debe doblarse fácilmente en toda su extensión, permitiendo que el pie se mueva con libertad, como si estuviera descalzo. El pie de un niño necesita sentir el suelo para desarrollar correctamente su propio equilibrio y coordinación. Asegúrate de que los zapatos sean completamente flexibles, especialmente en la zona del empeine, y que no ofrezcan más estructura de la necesaria.

Consejo: a la hora de probar el calzado, asegúrate de que el niño pueda doblarlo fácilmente con las manos. Si no es posible, es un indicio de que la rigidez es excesiva.

No comprar la talla correcta

Un error común es elegir un calzado que es demasiado pequeño o grande para el niño. Si el zapato es demasiado ajustado, puede restringir la circulación y el desarrollo normal del pie. Si es demasiado grande, el pie puede deslizarse dentro del zapato, lo que provoca inseguridad al caminar y puede ocasionar roces o ampollas.

Es crucial medir el pie del niño correctamente antes de elegir cualquier tipo de calzado. Los pies de los niños crecen rápidamente, por lo que es recomendable medirlos cada pocos meses. A la hora de elegir el calzado, debe haber al menos un dedo de espacio entre el dedo más largo del pie y el final del zapato, pero sin que el pie se mueva demasiado dentro del calzado.

Aprende aquí cómo medir el pie correctamente.

Consejo: pide al niño que camine con los zapatos puestos para asegurarte de que el ajuste es adecuado. Si el zapato se desliza o si el niño tiene dificultad para caminar, es probable que la talla no sea la correcta.

Ignorar los materiales del calzado

Los materiales de los que está hecho el calzado son fundamentales para la comodidad y la salud del pie. A menudo, los padres no prestan suficiente atención a las composiciones del calzado y optan por modelos que, aunque visualmente atractivos, no están hechos con materiales transpirables o flexibles.

El calzado debe estar hecho de materiales naturales y transpirables, como el algodón, el cuero suave o materiales sintéticos ecológicos. Estos materiales permiten que el pie respire y evita la sudoración excesiva que puede conducir a problemas como hongos o malos olores.

Consejo: asegúrate de que los zapatos están hechos de materiales que imiten las condiciones del pie descalzo. Los tejidos demasiado sintéticos o rígidos pueden provocar incomodidad y afectar el desarrollo de la piel y las uñas del pie.

Escoger un calzado sin suficiente flexibilidad en la zona de los dedos

Un error común es elegir calzado que, si bien tiene una suela flexible, tiene una puntera demasiado estrecha o rígida. Los dedos de los niños necesitan espacio para moverse y extenderse mientras caminan, corren o juegan. Un zapato demasiado estrecho puede restringir este movimiento y, con el tiempo, contribuir a problemas como los dedos en martillo o los juanetes.

El calzado barefoot ideal debe tener una puntera ancha, permitiendo que los dedos del niño se extiendan completamente al caminar. Asegúrate de que el modelo que elijas ofrezca una forma anatómica que respete la anatomía natural del pie, sin presionar los dedos.

Consejo: prueba el calzado colocando el pie del niño dentro y presionando ligeramente sobre la parte delantera del zapato. Si los dedos no tienen espacio para moverse, es probable que el calzado no sea adecuado. También puedes retirar la plantilla y poner el pie del niño encima para ver si sobresalen los dedos de la plantilla.

No tener en cuenta el tipo de actividad o el entorno de uso

Otro error común es no considerar el entorno en el que los niños usarán el calzado barefoot. Algunos padres piensan que el calzado barefoot es igualmente adecuado para todas las actividades, pero la realidad es que hay diferentes tipos de calzado barefoot para diferentes necesidades. No todos los modelos son aptos para actividades de alta demanda como correr, saltar o caminar sobre superficies duras.

Considera el tipo de actividad que tu hijo realizará al elegir su calzado barefoot. Si el niño va a hacer deportes o caminar en superficies duras, es posible que necesites un modelo con mayor amortiguación. Si se trata de caminar por casa o áreas más suaves, una suela delgada será más adecuada. También, ten en cuenta si el calzado será usado en invierno, ya que en ese caso es necesario buscar modelos con mayor protección.

Consejo: escoge calzado que sea apropiado para el tipo de actividades que tu hijo realiza más frecuentemente. Los modelos de calzado barefoot para actividades deportivas suelen ser más robustos, mientras que los de uso diario pueden ser más ligeros.